Por Martín Benites Morales
La expansión del nuevo Coronavirus que día a día aumenta nos ha hecho reflexionar acerca de la importancia de las medidas de higiene que hemos estado realizando. Si antes nos olvidábamos por ejemplo, de lavarnos las manos por hacer otra cosa antes, ahora nuestra principal prioridad es agarrar el jabón y enjuagarnos.
Junto a este ejercicio, otros como el uso de mascarilla, el uso de guantes, de gel antibacterial, de mantener una distancia de un metro e incluso de no salir de nuestros hogares, son conductas que optamos para evitar ser contagiados con el virus. Sin embargo, son pocas las personas que preocupan por combatir otros males igual de peligrosos.
La ansiedad y la depresión son trastornos emocionales que, producto de este contexto, están teniendo más víctimas cada día. La ansiedad es un sistema de alerta que se activa como prevención o presentimiento de una futura amenaza o peligro. Por su parte, la depresión nos incita a no tener ganas de realizar nuestras actividades cotidianas y nos sumerge en una profunda tristeza.
Ambas son igual de peligrosas, ya que implican diferentes dolencias, tanto físicas, psicológicas e inmunitarias y pueden llegar a afectarnos de una manera muy negativa. Especialmente la inmunológica. Una persona con las defensas bajas está más predispuesta a poder contagiarse de Coronavirus y a que su cuerpo no le haga frente como el de una persona sana.
Por ello debemos también de darle importancia a nuestra salud mental. Evitar la sobre información, es decir, tratar de informarse lo necesario y saber identificar fuentes confiables para evitar las llamadas fake news, es una forma de combatir estos males. Estas noticias falsas lo único que generar es más miedo sin fundamentos, generando pánico y provocando un ambiente de intranquilidad enorme cuando lo que se necesita es todo lo contrario.
El estar encerrados en nuestras casas, el pensar en el trabajo que podemos perder, en nuestra familia y amigos que se pueden contagiar, el supuesto desabastecimiento de productos, en el dinero que no vamos a producir, etc; son ideas que producto del aislamiento social alimentan el desarrollo de estos trastornos y nos pueden llevar a la frustración, aburrimiento, alcoholismo e incluso al suicidio.
Hay que tratar de mantenernos ocupados, de distraernos. Relacionarnos más con nuestros seres queridos o retomar actividades que antes por falta de tiempo abandonamos como leer, cocinar, hacer ejercicio, escribir o jugar también ¿por qué no? cualquier pasatiempo es bueno.
La línea 113 no sólo está atendiendo casos referentes al Covid-19, sino también todo tipo de consulta médica, incluidas sobre salud mental. Si crees que tienes estos conflictos mentales no te quedes callado y pide ayuda. Contar con una buena salud mental es un componente esencial para nuestra calidad de vida.