Una semana más de preparación ante un invierno de pandemia que se prevé “muy duro”. Ése es el magro compromiso que la canciller Angela Merkel logró arrancar a los primeros ministros regionales tras ocho de reunión que mantuvieron hoy telemáticamente para analizar los efectos del parón parcial de la vida pública impuesto a primeros de mes y que, según los datos epidemiológicos, son bastante pobres.
La canciller Merkel convencida de que el invierno será muy duro declaro que los Lander se opusieron por mayoría y pidieron una semana de tiempo, hasta el 25 de noviembre, par, en su defecto, acordar un plan para que el conjunto de invierno.
El endurecimiento de las restricciones a la vida social y económica y, muy especialmente, el cierre eventual de los centros educativos es una patata caliente en manos de las autoridades, conscientes de su impopularidad y de los daños colaterales que supondría para sus padres. Aun cuando más del 75% de los contagios ya no pueden rastrearse y el Instituto Robert Koch (RKI), competente en Alemania para la supervisión de la pandemia, informa que cada vez son más los niños que contraen y transmiten la enfermedad.
Redacción: Fiorella Espíritu
Créditos: elmundo.es