Trump y su esposa Melania hicieron una fugaz visita a la sede del máximo tribunal, en cuya escalinata principal se encuentra desde ayer el féretro de la célebre jueza.
Una multitud abucheó este jueves al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante su visita al Tribunal Supremo, donde hay una capilla ardiente con los restos de la jueza de esa corte Ruth Bader Ginsburg, fallecida el viernes pasado y a la que el mandatario quiere reemplazar antes de las elecciones de noviembre.
La juez pidió no ser sustituida
Quienes le gritaban eran las decenas de personas que esperaban en la fila para acercarse al féretro de Ginsburg, y que cuando se acercó la limusina del presidente también exclamaron: «¡Respeta su deseo!».
Con esa frase se referían al mensaje que la magistrada dejó escrito antes de morir, en el que expresaba que su «deseo más ferviente» era «no ser reemplazada hasta que haya un nuevo presidente», tras las elecciones del 3 de noviembre.
Ginsburg, una de las cuatro jueces progresistas del Supremo, era consciente de que, si Trump la sustituye, puede inclinar firmemente hacia la derecha el equilibrio de poder en la máxima corte, donde apenas quedarían tres jueces de su tendencia ideológica frente a otros seis conservadores.