
El aeropuerto desierto, fronteras cerradas y un nuevo horario de toque de queda más restrictivo: Chile optó por nuevas restricciones que se suman a las cuarentenas masivas y que buscan frenar la segunda ola de la pandemia de coronavirus que no da tregua al sistema hospitalario.
El país sureño ya había clausurado las fronteras entre marzo y noviembre del año pasado, y ahora vuelve a retomar las medidas ante el agravamiento de la crisis sanitaria, que ha elevado la tasa de ocupación de camas de cuidados intensivos al 95 %, su nivel más alto hasta la fecha.
“El mundo entero está viviendo este grave rebrote del coronavirus (…) En Chile hemos sido duramente golpeados por esta re-embestida que tiene a nuestro sistema de salud al límite”, reconoció en un acto oficial el presidente del país, Sebastián Piñera.
Expertos de la comunidad científica apuntan a que este repunte se debe a un exceso de confianza por parte del Gobierno, que levantó restricciones durante la temporada de verano, confiando en el exitoso avance del proceso de vacunación, uno de los más rápidos del mundo.
Redacción: Melanni Miranda